Para la serie Diamond 200, los ingenieros de Wharfedale han refinado y actualizado este diseño y los sistemas de motor de la unidad de transmisión han sido redefinidos con más potencia con mayor eficiencia. Los imanes más grandes, por ejemplo, en el Diamond 250 crean una mayor sensibilidad en comparación con los altavoces anteriores.

La unidad de agudos utiliza una cúpula de tela transparente y un avanzado sistema de imán de ferrita, rodeado por una guía de ondas cuidadosamente diseñada que también fomenta un rendimiento de rango medio excepcional.

Los materiales del recinto se han extraído de la extensa investigación que resultó en la avanzada serie Jade. Incluso la apariencia se mejora con nuevos bafles frontales lacados y laterales mejorados.

Las paredes del recinto y los refuerzos internos se desarrollaron con el último software "Virtual Speaker" de Wharfedale, con la ayuda del análisis espectral acumulativo retardado que revela sin piedad la coloración del panel en todas sus formas. Usando esta técnica, los ingenieros de Wharfedale actualizaron el recinto combinando capas de tableros de partículas y MDF unidas en una estructura única para amortiguar las molestas resonancias High-Q y bloquear las fugas internas de sonido. El efecto es que el "ruido" de las paredes del reicnto está enterrado a más de 35 dB por debajo de la salida del transductor.

El mismo modelado por ordenador también ayuda a ajustar el filtro diviosr de frecuencias al tiempo que garantiza que el altavoz se proyecte tanto dentro como fuera del eje para una experiencia agradable que llena la habitación.

Al salir por la base del recinto del altavoz, el puerto réflex se carga mediante una ranura creada por el pedestal. Esto iguala la presión del aire para limitar la del interior del recinto, lo que permite una transición suave entre la variación de presión en el recinto y el sonido de baja frecuencia desarrollado en la habitación.